El pensamiento: ¿origen o resultado?

 

Actualmente vivimos en una sociedad que está hipnotizada con los resultados o síntomas, dejando de lado las causas que los crean. Causas que indudablemente seguirán generando lo mismo, hasta que no se trabaje en ellas. Se habla de soluciones, cuando lo único que se ha hecho es “maquillar” los efectos para que tengan una cara tolerable, hasta que la sociedad demande nuevamente un “retoque” a ese disfraz temporal.

Hablando un poco del “proceso de manifestación”, se dice que para que haya una acción, primero debió existir un pensamiento. Y en este mismo orden, se entiende que el resultado es la acción, y el pensamiento es el origen. Entonces esa acción generará un resultado y a su vez, ahora la acción sería el origen sea cual sea el resultado. Sin embargo, para la mayoría de la gente, decirle que toda su vida puede ser mejorada con el simple hecho de mejorar sus pensamientos, les resulta ridículo, pues esta idea no embona con su manera materialista de concebir la vida. El adoptar este “nuevo” paradigma, es el primer paso del camino, y aunque parece todo un reto, lo interesante apenas está por mencionarse.

¿Es en realidad el pensamiento el origen? El pensamiento, después de todo, es también un resultado. Se dice que una persona tiene alrededor de 60,000 pensamientos al día, y a pesar de que un pensamiento tiene infinidad de posibilidades, estos se repiten en un 99% igual que el día anterior. Entonces, se puede decir que el pensamiento está influenciado y aparece como una consecuencia. Por ello mismo, cabe mencionar la importancia de una transformación radical en la mente misma, la cual solo puede tener lugar mediante una educación enfocada en el total desarrollo del ser humano, y no solamente en el encasillamiento de lo “correcto” o “incorrecto” según las reformas del pequeño espacio en el que vivimos al cual llamamos “hogar”.

El dejar de lado esta sobresaliente cuestión es lo que ha estado manteniendo un alivio transitorio. Las leyes o teorías no terminan nunca y, a lo largo de estos mismos perfiles, no existe una solución fundamental.

Esta solución no puede comenzar con teorías o creencias pues, a la larga, estas resultan ser suplidas por otras, demostrando ser de poca veracidad por sí mismas, ya que, de lo contrario, no sufrirían modificaciones mientras avanza el tiempo.

Entonces, me atrevo a decir que esta transformación en el origen, solo puede alcanzarse haciendo uso de la meditación, el verdadero libre albedrío y el amor. No incluyo ningún tipo de teoría, simplemente son derechos universales, que no se ven afectados ni por el tiempo ni el espacio. La meditación nos da paso a una conexión con mi verdadero yo, independiente de etiquetas, simplemente permite el contacto con el ser. El aquí y el ahora. No puedes tener pensamientos claros con ruido mental. La meditación me permite acceder al verdadero libre albedrío, dándome da la pauta para especular en las infinitas posibilidades, sin estar influenciado por mi condicionamiento de pensamientos pasados y repetitivos. Claro, siempre y cuando se practique regularmente y a conciencia. El amor lo es todo, mientras ames, puedes hacer lo que quieras, por tanto, cualquiera que sea el medio, este será influenciado por el amor, no como mero sentimiento, sino como la verdad única. Y estaremos hablando de que el resultado estará repleto de bienestar, tanto personal como general. En consecuencia, todo llega por añadidura y naturalidad, incluidos los pensamientos, seguidos por tus acciones y finalmente una vida experimentada con plenitud.

No Comments

Post A Comment